Primera trama xZed

Como un infante en sus primeros pasos exploró los coloridos páramos, para prontamente teñirlos de rojo valiéndose de su amado artilugio, las matanzas escalaban montones y los forenses fruncían el ceño ante este nuevo nemesis, que pese a sus esfuerzos jamás podían hacerse de un verdadero progreso, porque la gracia con la que esgrimía el puñal no hallaba pares en este mundo, donde, ni los más audaces se valían de una rigurosa determinación, nada fue igual desde el debut del arlequín loco, la potencia policíaca se sintió impotente al ser diezmada por un sólo individuo , y como era de esperarse, emblemas de cobardía y desesperanza fueron remitidos por el pueblo temeroso. Hasta una tenebrosa noche de abril, como tan pronto la bóveda lució su manto negro 6 uniformados se enfilaron en anillo a prudente distancia de lo que parecía ser una extravagante figura trajeada de un escarlata opaco y piel tan enfermiza como la de un cadáver, su cráneo enigmático por el velo del umbral hacía resaltar dos faroles carmesí que siseaban constantemente al son de la crujiente barbilla emponzoñada por los fluidos rojizos que provenían de la barriga hinchada a medio digerir de una mujer, quizás bella en vida, pero horriblemente desfigurada por el asalto -Estaba embarazada- exclamó la aberración natural, percutando varias carcajadas hasta ser acalladas por los nerviosos fusiles en compañía de bramidos orquestados por los oficiales, habiase conservado en cuclillas sobre la difunta dama, intacto a labor de lo que parecía simular un espectro haciéndose de todo el daño hasta que las municiones agotaron, el chapoteo de los últimos casquillos deleitaron el oído del bromista, quien, haciendo alusión a la ya inútil potencia bélica se lanzó manipulando su puñal en vals sobre gargantas desgarradas y manos que, tras un destello plateado y escarlata por la hemorragia de un camarada, terminaban siendo cercenadas violentamente en armonía de gritos que excitaban al rebosante de adrenalina arlequín -¿Por qué tan serio?- se tendió sobre un agonizante hombre de ley y clavó el puñal entre las mejillas, circulandolo entre las encías hasta dibujar una malformada sonrisa.

Pero se reñía locamente esperando la oportunidad para abalanzarse sobre su "Premio mayor", un mutante de físico exorbital al que llevaba varias lunas acechando desde la oscura azotea, había descubierto el talento de su presa cuando exhibía sus poderosos brazos contra el muro, quien flaqueaba hasta derrumbarse de un puñetazo, eso había vuelto eufórico a la criatura más enferma sobre la tierra. Llegó el día en el que el matón se dignó a abandonar su departamento bolso en hombro, frenó de forma impactante un vehículo negro de vidrios polarizados que extrañó enormemente al acosador y tan pronto como el fortachon montó el cuatripedo este desapareció sobre nebulosas de humo vomitadas por la parte trasera. Fue una provocación que se consiguió muy a pecho, rastreó la negra carrocería hasta los albores más distantes de la civilización donde se erigía un complejo de contenedores delimitado por una peligrosa reja de voltaje, su longevo cuerpo se escurrió sin problemas y se ancló sobre el vehículo para infiltrarse, sin haberse hecho de una idea sólida de cual era su ubicación nada menos le importaba que descuartizar a su victima más portentosa, evidentemente, había cursado bajo los techos de una red de tráfico humano pero no estaba allí para hacérselas de héroe, detuvieron en una estrecha cámara que admitía al vehículo , y como tan pronto descendió uno de los tripulantes el arlequín se precipitó sádico para derribarlo de una puñalada al corazón, otro más desconcertado dio alaridos aferrándose al volante mientras era guindado por la sedienta abominación, estaba apunto de cobrarse al conductor cuando un brazo lo despojó abruptamente de la diversión y lo arrojó por los aires hasta sepultarlo en los cimientos de una pared brutalizada por su propia dorsal, trastabilló un poco con la permanente sonrisa macabra hasta erigirse satisfecho, y la colérica vista del matón se cruzó con la de su perseguidor, quizás fue un segundo, pero una figura se fundió con la otra propinándose mutuamente salvajes heridas que no reparaban en evasiones o bloqueos, era un confrontamiento de resistencia , y por razones obvias, el matón le aspiraba ventaja por su naturaleza física, pero no contaba con la sucia manía del payaso que arrojaba ráfagas que sólo llegaban a tantearle el torax , cuando su verdadero enfoque fue herirle el vientre hasta que las tripas se desparramaron ensuciando el suelo, tal como si tomara un ramo de flores, el maniático jaló las entrañas adelantando el puñal entre la nariz y el globo ocular, desde que el cuchillo quedó ensartado forzó la incisión por todo el cráneo hasta rebanarle el cerebro y soltó al moribundo fortachon con desinterés, escupiéndole el rabillo.

Gritos desgarradores eran sofocados en un contenedor metálico de especial aislamiento, al que sólo se tenía acceso por medio de un pasaje resguardado por guardias de seguridad, la figura horrida abrió los portones, y cuando los enflaquecidos reos creyeron ver la esperanza sólo sirvieron momentáneamente para el festín del arlequín,quien con abrumante aburrimiento, se la pensaría otras dos veces antes de elegir una presa.

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