Algo valioso en mi poder.

Junto a Abie, había otro vampiro en la academia, aunque de destrezas menores a las de ella.
Esto le llamó mucho la atención a la chica, ya que pensaba que aparte de ella en el mundo no había mas personas mutantes con un poder "Parecido al suyo"
El chico con habilidades vampíricas se llamaba Adrik, y aunque era un poco inexpresivo y solitario, a la chica no le pareció desagradable, ya que ella era exactamente igual que él.
El problema empezó cuando Abie se dio cuenta de que el chico necesitaba de la sangre de otros para que este pudiera sobrevivir, y claro ella  era responsable en gran parte de la seguridad de la academia ¿como mierdas iba a dejar que el chico siguiera apoderandose por la fuerza de la sangre de los demás alumnos?
Estoy provocó una fuerte discución entre ellos, hasta tal punto que Abie, lo agarró del cuello y estampó contra la pared, suerte que el chico tenía regeneración y no le pasó nada.
Tras relajarse ella le dijo:
- Mira, tengo una idea, en la academia hay bolsas de sangre, puedes tomar eso para alimentarte... o simplemente busca alguien inmortal igual que tú ya que aquí hay muchos, y pedirle tomar su sangre cada x tiempo. Personas como yo.
El chico enfadado por la pelea, y al ver la bipolaridad de Abie, se cabreó aun mas, y a esto le contestó:
- ¿Después de regañarme y estamparme contra la pared ahora me dices eso? Seguiré haciendo lo de siempre, quieras o no.
Adrik enfadado tomó la puerta y se fue.
Esto le resulto a Abie muy chocante, tanto que llegó a empezar al chico, solo intentaba ayudarle pero claro, el no aceptaba su ayuda, y eso le jodía por dentro a la chica.
Los demás días, ambos estuvieron distantes y tratándose como si no hubiera nadie.
Un día Abie, un poco cansada de los gritos y de la acumulación de gente en el Hall, decidió irse en dirección a los invernaderos, junto al bosque, allá estaría bien, sería perfecto el lugar para leer sus apreciados libros.
Al llegar allí se sentó en las barandillas del invernadero y comenzó a leer, bueno "leer" porque unos segundos mas tarde vió como un chico salía volando hacia unos arbustos, perdiendose de vista
¿Qué coño estaba pasando ahora?
Cuando se pudo dar cuenta, Adrik y un amigo suyo, estaban discutiendo justo a la vuelta de la esquina del invernadero, el amigo de Adrik fumaba y este odiaba el olor a tabaco, y estaban luchando entre ellos puesto que el vampiro le había quitado los cigarrillos al chaval.
Al parecer el amigo del vampiro tenía como poder la "electroquinesis" y era demasiado hiperactivo, tanto que se sobrecargaba y perdía el control de manera brutal.
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Este quiso atacar a Adrik, y Abie, en un intento desesperado por ayudarle le rodeó de un escudo de fuerza para protegerlo.
Esto resulto un poco confuso para ella y para el vampiro ya que estaban peleados y ella lo odiaba, pero ¿como iba a dejar que el otro le atacara de esa forma tan bestial?
A la tarde, Abie se encontraba en el Hall, observando a los demás estudiantes y profesores como de costumbre, aburrida.
Cuando de repente, vió como el vampiro se desplazaba a velocidades sobrehumanas por el hall (ella podía observarlo ya que sus reflejos son muy altos y puede moverse a su misma velocidad), este la tomaba de la mano y salió a correr nuevamente, obligando a que la chica corriera exactamente igual que el chico.
Este corrió nuevamente hacia el invernadero, donde pararon, ambos empezaron a conversar un poco "incomodos", pero cuando Adrik le tenía que decir algo... otro chico apareció.
Adrik decidió aprovecharse de él y tomar su sangre, ya que se le veía demasiado ingenuo, pero al ver que a la chica le parecìa una gran molestia, decidió no volver a hacerlo más delante de ella.
Al final se desplazaron hasta una de las salas de la Arena donde pudieron hablar en privado.
- ¿Por qué me has traido hasta aquí? - preguntó la chica
- Necesitaba un lugar tranquilo donde poder conversar y no distraerme con la sangre de otros, es irritante - Le contestó el chico sin expresión en la cara, y continuó - Te he traido aquí para pedirte disculpas, no está bien mi comportamiento, e intentaré no apoderarme de otra sangre delande de ti... y bueno, te he traido un regalo, y espero que puedas perdonarme.
- ¿Un regalo? - Preguntó con curiosidad Abie.
- Ah.. sí, pensaba que es buen símbolo de arrepentimiento, pero que no se te suba a la cabeza niña.
El chico tras estas palabras sacó de uno de sus bolsillos de la chaqueta un extraño collar.
- Este collar es llamado "Marca de Mana", es un collar místico, creado hace 600 años, lo conseguí hace unos 150 años en un bazar muy antiguo de Latino América. Me explicaron que perteneció a la última sacerdotisa Mana Hanawa, espero que te guste y te ayude en tus habilidades.
- Oh, joder, muchas gracias, no me esperaba esto.. - Le contestó la chica
Tras esto, ella se colocó el collar en su cuello y abrazó al chico unos segundos, separandose rápidamente de él.
- Ey niña, no me abraces, no me gustan los abrazos - Replicó el chico. - Aunque bueno, por esta vez, no pasa nada.
Tras decir el chico, la cogió nuevamente, y se volvieron a abrazar.
- Bueno me debo ir niña, hasta luego.
Unas milésimas de segundos después, el chico había desaparecido, dejando a Abie sola, con su nueva adquisición.